El bloqueo por Silvio Rodriguez
Aquí no se venden esas tarjetas. Ay de la compañía que lo haga. Multas millonarias contra ellos. Tampoco podemos encargarlas, por supuesto desde Cuba. Ese es nuestro defecto: vivimos donde no debemos. Por vivir donde nacimos somos malos, somos cómplices y, para colmo, somos bobos. La estupidez de vivir en nuestro propio país nos dificulta crear escuelas de música y estudios de grabación. Mucho más sostenerlos. ¿A qué condenado se le ocurre mejorar siquiera la parte del panorama profesional que le corresponde? Lo que hay que hacer es irse. Si es ilegalmente, mejor. Para algunos, la única forma de legitimar un proyecto es descalificando lo que sea que haya ocurrido en el último medio siglo en Cuba.
Por suerte siempre hay manos que logran escapar de ese “mundo libre”. Benditas.
Somos un país que se dedicó a alfabetizar, a construir universidades de médicos y artistas. Y ahora pretenden hacer ver que nos gusta tener pianos sin cuerdas y vientos sin zapatillas.
Vaya imaginación.
Tomado de Segunda cita
Fuente: Cubasi
Un castigo gratuito que espero pase factura a USA y a quienes se lo consiente. Un saludo.